El romance entre Christian Grey y Anastasia Steel regresa a la pantalla grande en Fifty Shades Darker (Cincuenta Sombras Más Oscuras), la segunda entrega de la trilogía basada en las populares novelas eróticas de la británica E.L. James. Tal como su título lo da a entender, en esta ocasión la historia tomará un rumbo más sombrío al ir mostrando el oscuro pasado del galán millonario quien busca reconquistar a la ingenua protagonista. Dakota Johnson y Jamie Dornan retoman los personajes que los llevaron a la fama hace un par de años, mientras que James Foley (House of Cards, Perfect Strangers) asume el rol de director que dejó vacante la encargada de la primer cinta, Sam Taylor-Johnson.
En Fifty Shades Darker vemos a Anastasia convertida en la asistente editorial de una pequeña compañía ubicada en la ciudad de Seattle. Tal parece que la protagonista ha logrado superar la tormentosa relación que mantuvo con el enigmático magnate y está dispuesta a rehacer su vida. Sin embargo, la pareja vuelve a re-encontrarse en una exhibición fotográfica y luego de charlar por un rato, Anastasia decide darle una segunda oportunidad a Christian con la condición de que éste no le guarde más secretos. A partir de ahí, la chica se envuelve de nueva cuenta en la vida de lujos, excesos y placeres que rodean al irresistible galán, y que finalmente la llevarán a entender y enfrentar los fantasmas del pasado del señor Grey.
Esta segunda entrega termina saliendo peor parada que su antecesora, ya que en esta ocasión la historia carece de un conflicto principal. Al menos en la primera película conocíamos a los personajes centrales y se nos presentaba el conflicto de Anastasia luego de descubrir los gustos sexuales de su compañero. Ahora vemos sub-tramas y personajes como Leila, la ex-novia de Christian, Elena, la mujer que lo introdujo al mundo del sadomasoqusimo y Jack, el jefe de Anastasia, que parecieran que van a aportar algo interesante al desarrollo de la historia y no es así. Los arcos de dichas historias se resuelven en cuestión de un par de escenas y realmente no hay algo que sostenga el interminable montaje de encuentros sexuales al ritmo de canciones interpretadas por varios artistas pop del momento.
Fifty Shades Darker se arriesga un poco más que la cinta anterior en cuestión de escenas eróticas, empujando los límites preestablecidos en el cine comercial norteamericano. Desafortunadamente, éste es el único riesgo que toma la película. El resto de la cinta es similar a lo que vimos hace dos años: pésimos diálogos, malas actuaciones y una historia que trata de maquillar el abuso a través del supuesto amor que se profesa la pareja protagónica. Fifty Shades Darker termina dejando de lado el supuesto giro oscuro de su historia para diluirlo por completo y caer en los terrenos de la cursilería barata. Es más, la película ni siquiera logra funcionar como antesala para la tercera y última parte de esta trilogía que llevará por nombre Fifty Shades Freed y que llegará a los cines el próximo año.
Fifty Shades Darker (Cincuenta Sombras Más Oscuras) se encuentra en cartelera en México y en los Estados Unidos.
Calificación: *
Título original: Fifty Shades Darker (Cincuenta Sombras Más Oscuras)
Año: 2017
País: Estados Unidos
Dirige: James Foley
Con: Dakota Johnson, Jamie Dornan, Eric Johnson, Kim Basinger y Marcia Gay Harden